miércoles, 11 de abril de 2012

Reunión con las tutoras.

Una vez recabada toda la información que se hacía necesaria se convocó una reunión el lunes, día 2, a la que asistieron las tutoras de la etapa infantil y la maestra de apoyo en la que se presentó el proyecto ya finalizado, puesto que anteriormente ya se había comunicado la intención de llevarlo a cabo, con la aceptación de todos los componentes de la etapa. Así mismo y una vez dado a conocer el proyecto se instó a las docentes a que hablaran sobre el tema de las competencias emocionales, su formación al respecto, la importancia otorgada a las mismas en el desarrollo integral de los niños, el tratamiento que se les daba en sus clases, y la disponibilidad horaria que pensaban que podían dedicarle en la jornada escolar.

En primer lugar, comentar que el tiempo dedicado a la reunión se hizo insuficiente, con lo que se convocó otra reunión para el miércoles de esa misma semana, para continuar con los aspectos que se debían tratar.

Pues bien, finalmente y a través de estas dos reuniones, determiné que el conocimiento que poseían las docentes, era considerable, pues algunas de ellas, poseían formación referente a la asistencia a cursos realizados por el centro de profesores de la comarca, aunque ya hacía de eso bastante tiempo. Otras habrían obtenido información a través de la consulta de libros que tenían en casa y por los que se habían interesado, aunque admitían que ya hacía bastante tiempo que los habían adquirido, y otras, a pesar de no tener referencia por ninguna de estas opciones reconocían la importancia del desarrollo emocional en la educación, fundamentalmente en la etapa de educación infantil.

Como conclusión, he de decir que tuve la impresión de que a pesar de que sí conocían y reconocían la importancia de la educación emocional, ya hacía bastante tiempo que no se preocupaban por el tema. Pienso, que hubo un momento en el que el tema de la inteligencia emocional tuvo mucho auge y que poco a poco se ha ido apaciguando, aunque no ha quedado en el olvido. No obstante, considero necesario, y todas estábamos de acuerdo, en retomar la importancia de la emociones en el proceso de aprendizaje y en el desarrollo integral de los alumnos. Así decidimos que íbamos a dedicar diariamente un tiempo en el aula, para proponer y promover actividades concretas para el desarrollo de las competencias emocionales, para lo cual, vimos necesario establecer otro momento de reunión para concretar estos y otros aspectos, referidos a criterios comunes de actuación y la creación de las condiciones óptimas en el aula.

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